Se arrastraban húmedas las horas de mi vida
como los caracoles en las tapias
después de las tormentas,
sin sospechar siquiera
que un buen día les habría de salir al paso
el exterminio dulce de tu risa.
(Alguien hoy me vino a recordar estos versos de hace tan sólo -¿tan sólo?- unos años.)
Están llenos de ternura...
ResponderEliminarSaludos
no es comparación, ni elogio siquiera, es... otra cosa: Miguel Hernández me ha asaltado leyendo tus palabras
ResponderEliminarHermosos versos
ResponderEliminarClaro que sí, en la sencillez está la belleza.
ResponderEliminar¿Y son tuyos?
ResponderEliminarSon..., hermosos.
"El exterminio dulce de tu risa"
ResponderEliminary no son más que palabras.
Besos desde un domingo que se resiste a ser lunes.
Muchas gracias a todos por vuestra generosidad.
ResponderEliminarEste poema se incluyó en una plaquette editada hace cuatro o cinco años.
Llevaba por título "De entre las ascuas".
Un abrazo.
Ah, tus versos que más prefiero...
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