domingo, octubre 12, 2008

Rescoldos


Ya otoño y aún hoy ha sido generoso el sol y el cielo azul. Este amanecer fresco, pero tan claro que no hay en él atisbo alguno de sombra, nos echa pronto al camino. Llegamos a Toranda cuando está aún la playa casi desierta. Cuando hollar descalzos una arena tan fina es como explorar un planeta que la marea hubiera descubierto de pronto al retirarse. Tendido en ese lecho tibio escribo apenas unas líneas mientras mi hijo y mi mujer pasean por la orilla. Los veo detenerse por un instante. La bajamar ha dejado un pez de plata muerto a sus pies. Una muchacha vuela una cometa por encima de las pequeñas olas que lamen el arenal. Todo lo que alcanzo con la vista es de repente como un trozo de vida que anduviera cobijado al calor de las brasas últimas del verano. Estos días son ese resplandor quedo del fuego casi extinguido. La muerte del pescado. La vida del cometa. Esas dos siluetas queridas que se alejan conversando. El mundo entero me cabe en el cuenco de esta playa donde apuro las hojas de un cuaderno, los rescoldos de una estación.

2 comentarios:

  1. El mérito, de haberlo, es todo del lugar y del espléndido día que allí se disfrutó. Le agradezco su lectura y su generoso comentario.
    Un cordial saludo.

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