jueves, diciembre 19, 2013

Rama

(Todo empezó a ser frágil un día. Nadie sabría precisar muy bien cuándo. Pero desde entonces, se nos fue encogiendo el coraje con que enfrentábamos lo que era costumbre, con que confiábamos en las dichas, con que apurábamos las horas de sol o el vino en compañía. Todo se volvió frágil mientras por dentro, a la altura misma del hiato, donde queman las malas digestiones y arañan como gatos las resacas, se nos fue poniendo un gusto amargo que a veces nos torcía el gesto, nos apretaba el puño y nos violentaba la palabra. Un gusto que fue finalmente no mucho más que el poso rancio de esta resignación, quizás cobarde, con la que hemos podado el árbol hasta la rama.)

     Rama de Navidad                             JCD      

Os deseo un BUEN 2014.

martes, diciembre 03, 2013

Ecos de sociedad / Blue Jasmine

Ecos de sociedad
Para quien no frecuenta el mundillo literario, ni tiene ofrecimientos de editores, ni posee el hábito ni la pericia de llamar a las puertas que conviene, los premios literarios son casi la única manera de abrirle paso a lo que escribe. Cuando además cuanto se narra es breve y sin apego por el engranaje relojero, ni por la intriga, ni casi tampoco por el desenlace, la cuesta aún se empina un poco más. Por eso, de vez en cuando, algunas noticias nos llenan de alegría.


Blue Jasmine
La última película de Woody Allen es muy recomendable. Porque es una manera de seguir enganchado al hábito del cine en estos tiempos en que las salas de proyección están amenazadas de abandono; porque conviene serle fiel a un director que a lo largo de nuestras vidas nos ha regalado muchas horas de dicha; porque Blue Jasmine es una alegoría inteligente del derrumbe reciente de una sociedad arruinada por la depredación económica; y porque Cate Blanchett borda la interpretación de un personaje cegado por la avaricia y desquiciado por la culpa que mantiene, además, un pulso con el corazón de los espectadores durante dos horas de proyección en las que, a pesar del aborrecible comportamiento del personaje al que da vida, alcanza finalmente la lástima cómplice del patio de butacas.