lunes, enero 14, 2008

Las imágenes precisas y las justas palabras

Al final de los días siempre debería de quedarnos de ellos un poso de dicha o de conocimiento. Es un viejo propósito que procuro hace años. Tiene que ver además con los diarios. Porque uno no puede enfrentarse a la escritura de su acontecer con las manos vacías. O se ha exprimido mínimamente el transcurso de las horas o se confía tanto en el estilo que hasta la misma derrota, el desánimo o el vacío pueden ser materia con la que tejer siquiera unos párrafos que justifiquen la anotación y el propio paso del tiempo. Pero aun teniendo esa pericia, mejor sería que se empleara no únicamente con la materia oscura, sino sobre todo con lo que alimenta las ganas de volver a despertar al día siguiente.

Del sábado uno se lleva una película. Una joya. La vida de los otros. Memorable film de Florian Henckel von Donnersmack. Corre el año 1984 en La Republica Democrática Alemana y Gerd Wiesler es un capitán rutilante de la Stasi, la policía secreta del régimen comunista.Wiesler recibe la orden de espiar a la pareja formada por el autor teatral Georg Dreyman y su novia, la actriz Christa-Maria Sieland. Para desgracia de Dreyman, el ministro de cultura desea a la novia del dramaturgo. Con estos mimbres, se teje una historia absorbente, bien desarrollada, triste pero esperanzadora. Al hurgar en la vida de los espiados, Wiesler sufre una lenta transformación de ideales y lealtades. Sobre ello gira la película, sobre la posibilidad no sólo de rebelarnos contra un régimen opresor, sino de liberarnos de la mezquindad de nuestras vidas, de las justificaciones con que las volvemos débiles y vergonzantes. Wiesler alcanza un final digno y la película se cierra sobria y magistralmente.

Supe también de la muerte de Ángel González. Tomé una antología de sus versos y lo leí como tantas veces, con la sensación de que nada resulta tan difícil de alcanzar como esa aparente facilidad de estilo. Y por esas extrañas razones que uno no llega a comprender completamente, me vi buscando sobre todo en las páginas de ese libro el retrato de aquella sociedad gris y asfixiante de la posguerra, tan fielmente plasmada, por ejemplo, en Otro tiempo vendrá distinto a éste…: “Es la luz del alba / como la espuma sucia / de un día anticipadamente inútil, / estoy aquí, / insomne, fatigado, velando / mis armas derrotadas…”. De algún modo, unía la experiencia de la película recién vista, ambientada en la mísera realidad de un país devastado por la ideología, y la lectura de un maestro recién fallecido, que había escrito como pocos sobre la desesperanza de un país asolado por la grisura de una terrible posguerra. Pocas veces se consigue explicar el mundo con imagenes precisas, con las justas palabras.

13 comentarios:

Alexandrós dijo...

La película no la conozco, pero a él lo he leído tanto...
Un abrazo

Anónimo dijo...

Debería quedarnos, aunque no siempre se consigue por lo menos en mi caso.
Me gustó la película y me gusta la poesía de Ángel, es sencilla.

Anónimo dijo...

Vaya, un fin de semana fructífero ¿eh?. La película la tengo pendiente, tengo tantas cosas pendientes que necesitaré vivir varias vidas para ser "completa".
A Ángel he vuelto y vuelvo cada día. A decir verdad, nunca me fui del todo.
Besos tiernos.

amart dijo...

Es una de las mejores películas que he visto en los últimos meses. Magnífico, el guión, y magistral la interpretación del espía.
Angel González se ha ido. Mueren los hombres; quedan sus obras. Bendita inmortalidad.
Un abrazo.

Nuca dijo...

Por fin volvieron las ansiadas lluvias a mojar nuestras calles y a hacer apetecible refugiarse en un cine a pasar un rato de la tarde. Seguiré el consejo cinematográfico este fin de semana

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

No he querido sino poner de manifiesto, como en otras entradas de este blog, los múltiples hilos que lo enlazan todo. Uno se pone a ver una película, le entusiasma, y cuando aún no ha salido del todo de esas imágenes frías e hipnóticas, sabe de la muerte de uno de sus poetas favoritos. Busca un libro por rendirle un pequeño homenaje íntimo y se encuentra que, aún sacudido por la fuerza del film recién visto, trata de hallarle a esas imágenes que no abandona unos versos que les hagan justicia. Y de repente enlaza la grisura de un régimen comunista y la desesperanza de una poesía de posguerra. Se cierra el círculo por ese día.
Un abrazo a todos por vuestros comentarios.

susana espíndola dijo...

hola! aquí visitándote nuevamente y con el encuentro de una entrada cargada de emoción, de esas paradojas que justo hoy me preguntaba sobre la imposibilidad de cernir de "la función del arte" y allí esta entrada, volviendo a clarificar lo que sólo se produce en la escritura, en la transmisión de una pélícula y homenajear con su poesía ante la muerte de un poeta. Y de ambas orillas, lo que nos queda, lo que nos sirve de oxígeno para lo cotidiano y aun en la desesperanza más atroz de las guerras o la deshumanización cotidiana, todavía están "la vida de los otros" pero como un reconocimiento, los otros como semejantes con los que hacer lazo y tomarnos para reflexionar, emocionarnos o dejarte este mensaje de agradecimiento por tu escritura y palabras.
Cuando la vida de los otros (película que vi y que dejó sus huellas también, como te ha pasado a vos), hace de motor de nuestras vidas o a veces nos despierta de cierto letargo o vorágine cotidiana.
Y en este caso, allí los hilos de tu blog entrelazándos!!!!
Y lamento lo de Ángel González a quien no conocía.
saludos!!!!!

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

¡Cuánto honor, doña Mara! Sepa que me contaba entre sus espectadores cuando daba las noticias no tan tarde. Ahora me pillan ya dormido. De cualquier modo, muchas gracias por su visita, que devolveré gustoso.
Un cordial saludo.

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Gracias, Susana por tu comentario, que deja entrever que tampoco a ti te dejó indiferente La vida de los otros y que también andas a la busca de los puentes que nos llevan, con la música, el cine o la lectura, de una sensación a otra. Todas distintas, siempre la misma.
Un abrazo.

M. dijo...

Tenía muchas ganas de ver esa película, pero siempre aplazaba el momento. Tu post me la recordó, y ayer le dediqué la noche. Es una película imprescindible, conmovedora, durísima. De las mejores que he visto en años.

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Soy de la misma opinión, Manuel.
Me alegro que mi post te haya animado a verla.
Un abrazo.

Miguel Sanfeliu dijo...

Tienes razón. Se producen a veces extrañas asociaciones que nos muestran nuevos puntos en común.
Es interesante tenerlo presente, pues no siempre son fáciles de identificar.
La película me pareció magnífica.
La poesía de Ángel González, por supuesto, lectura imprescindible.

Saludos.

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Querido Miguel, esos puentes que se tienden entre lo que leemos, lo que escuchamos o lo que vemos son también los que, de alguna manera, nos ponen en entrañable relación a través de nuestros blogs.
Un abrazo.