lunes, noviembre 23, 2015

In the crosswind (Risttuules)

Ayer en el FICX (Festival Internacional de Cine de Gijón), y dentro de la sección Convergencias, se proyectó una memorable película estonia, In the crosswind (Risttuules), dirigida por el joven realizador Martti Helde. El 14 de junio de 1941 arrancó una encubierta limpieza étnica de Lituania, Estonia y Letonia. El gobierno soviético de Stalin detuvo y deportó a cuarenta mil personas. Las mujeres y los niños que soportaron el viaje fueron conducidas a granjas colectivas siberianas. A los hombres se les recluyó en campos de concentración donde finalmente se ejecutó a muchos de ellos. Fueron las víctimas bálticas del holocausto soviético.

Martti Helde recopiló testimonios e historias de su entorno próximo —su abuelo fue uno de aquellos deportados— y diverso material de archivo. Descubrió entonces el diario de una joven estonia, en forma de cartas nunca enviadas, que desde un kolkhoz en Siberia escribía a su marido, en paradero desconocido desde la incursión soviética. Conmocionado por lo que transmitían las palabras de la joven esposa, el director estonio tomó la valiente decisión de transmitir la sensación de parálisis descrita en ellas (la vida, de pronto, se había detenido cruel e inexplicablemente, habían dejado de sucederse las estaciones y todo era un invierno eterno). Martti Helde congeló esos recuerdos a través de trece representaciones en blanco y negro protagonizadas por actores inmóviles en medio de decorados desolados. La cámara recorre sus rostros y el pliegue de sus ropas. La luz les otorga una belleza pictórica. Y todo se acompaña de una hipnotizante voz en off que lee las dramáticas cartas que Erna le escribe a Heldur; de una música que acentúa el desgarro de la pérdida (hogar, familia y libertad) o dulcifica los recuerdos que a veces nos trasladan a la dichosa vida anterior a la deportación. Como se decía al principio: "memorable película".



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