miércoles, noviembre 25, 2015

Túnez

Cuando ya son tres en 2015 los zarpazos yihadistas que han sembrado de cadáveres el suelo tunecino, convirtiendo un país hermoso y acogedor en un destino de riesgo que está sumiendo en la pobreza a su población, recuerdo con nostalgia el viaje durante el que hace ya más de veinticinco años recorrimos Túnez en un pequeño furgón que nos llevó desde Cartago al desierto. Nos acompañaba Shamir. Con él bebimos boukha y compramos alfombras. Él nos descubrió peces en la arena y escorpiones bajo las ruinas de Roma. 


LUNA DE MIEL

Al día siguiente de nuestra boda
volamos hacia Túnez.
No guardamos foto alguna del viaje
porque el sol del desierto 
abrasó la película.
Recuerdo el palmeral de Tozeur,
los mosaicos del Bardo
y el té a la menta de Sidi Bousaid.
Y que a pesar de todas las ruinas
el mundo era apenas un lugar
de poco más de veinte años.
Los que teníamos entonces.

JCD

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