lunes, marzo 31, 2008

Jukebox

En todos estos años,
desde que volví del otro lado del mundo,
sólo una vez llamé a las puertas del infierno.
Fue una noche perra
que me condujo a un bar con la ansiedad de antaño.
Un segundo antes de llevarme
el primer trago a los labios,
una mujer con ojos de perdida,
un despojo de piel y huesos
con carmín hasta en los dientes,
me tocó en el hombro
con la misma fuerza que el ala de un ángel.
Bailamos cerca de la jukebox.
Era como abrazar a la muerte misma.
Cuando terminó la canción
dejé aquel tugurio
y dejé también mi vaso aún lleno sobre la barra.
Al volver a casa
encontré caliente mi lado de la cama.
Stephane Furber, Daphne.
Editorial Mondantordi, Argentina, 2007.
Traducción de Mariana Lotti.

6 comentarios:

Nodicho dijo...

Ultimamente había pensado:" A ver si Diarios de Rayuela pone algún poema más de Furber algún día de estos". Y, mira, lo has puesto.

Gracias por compartir pedazos de este poemario inencontrable por aquí.

Un saludo.

Lula Fortune dijo...

Pero qué bueno!!!! No lo conocía. Un bico.
(Ayer estaba Citroén sur Mer lleno de gijoneses cantando asturiaspatriaquerida. Me acordé de ti)

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Alguno más habré de subir, Paupablo, aunque sólo sea para paliar que no se pueda econtrar el libro -al menos, de momento-.

Lula, pinchando sobre la etiqueta de Furber sabrás algo más de su vida y podrás leer algo más de su obra.
Espero que mis conciudadanos se hayan comportado aceptablemente, que esto del balompié transforma de mala manera a la gente.

Un abrazo a ambos.

Lula Fortune dijo...

A Furber lo conocí por tu blog, pero este poemanunca lo había leído. ¿Cómo dudas de tus compatriotas? Por supuesto que se portaron como seres alegres y civilizados que son.Besines.

Luna dijo...

Me ha gustado volver a leer un poema de Furber.
Supongo que será por falta de tiempo - de diarios- el que no ponga poemas más a menudo.

Saludos.

Ya no salgo como anónima, aunque tengo que poner las letritas

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Todo en pequeñas dosis, Luna, Furber, los viajes...
Un abrazo.