miércoles, febrero 07, 2007

Excursión cultural


Ayer mi hijo y sus compañeros de clase fueron de visita al Museo Nicanor Piñole. Un hermoso caserón conocido como Asilo Pola, construido en 1905 y que fuera antigua escuela-guardería para los niños de los trabajadores. Allí se expone una amplia selección de obras y objetos personales del pintor gijonés. Óleos, bocetos, apuntes y dibujos recogen su trayectoria artística, desde su etapa de formación hasta sus últimas obras: retratos, paisajes, naturalezas muertas y escenas populares de carácter asturiano.
A la tarde pregunté cómo había ido la excursión. Supe entonces que había sucedido un incidente. Supongo que fue cosa del baile de San Vito, esa permanente inquietud que persigue a los niños aun en los lugares menos convenientes. Cuando habrían de estar siguiendo las explicaciones de la guía del museo, un par de críos se propinaron mutuos empellones por un quítame allá esas pajas. Como resultado uno de ellos se fue contra un cuadro y éste se vino al suelo. Imagino las caras de guía y maestra. Las risas nerviosas de los niños. Dice mi hijo que el castigo durará una semana. Y también que no entiende por qué los mayores se preocuparon sólo del lienzo caído; su compañero se había hecho una herida en la cabeza con el marco.

5 comentarios:

Ismael Rozalén dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ismael Rozalén dijo...

Invado sin permiso tu espacio sólo para decirte que te leo con gusto. Fue una casualidad descubrirte. Un abrazo. Ismael Rozalén.

FPC dijo...

Sigo estando por aquí, aunque muy ocupado. Como todo pasa,prometo volver con más tiempo. No te he anticipado que iba a reproducir mi poemilla en mi blog, espero que no te moleste ver escrita en otro lado esa entrada.

Y respecto a tu hijo: promete, ya se ve. Lo que importa es, claro, el otro. Pero el mundo adulto tiene otros valores. Crecer es, justamente, adquirir algunos de ellos en conjunción con alguno propio que se conserve. No creo que con su padre vaya a tener dificultades en hacerlo con pulcritud, sin dejarse demasiados pelos en gatera.

Abrazos.

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Ismael, es para mí una enorme satisfacción enterarme de que de vez en cuando tienes el detalle de pasar por esta casa, que es la tuya. Debes saber que me cuentas entre tus lectores incondicionales. Las bitácoras extremeñas han hecho escuela y están entre mis preferidas las que tengo enlazadas (y otras como las de GHB, que me asusta un poco enlazar -no sé si está muy por la labor de sentirse bloguero de referencia-). Lo dicho, un placer. Te manda un abrazo JCD.

Paco, la respuesta a lo de tu poema te la he dado ya en comentario al mismo que hecho en tu blog -que veo que empieza a enlazarse por ahí, lo que me satisface mucho-.
Lo de la paternidad, ya sabes que aunque hay que trabajársela, siempre queda un margen incontrolable en manos del azar -que es padre caprichoso-.
Un abrazo.

Ismael Rozalén dijo...

Gracias por ofrecerme tu casa, y gracias también por leerme. Voy a añadirte a mis enlaces. Un abrazo.