jueves, febrero 08, 2007

Tarde de viernes

Es viernes por la tarde
de un invierno de luz violeta
y aire frío.

Oigo algunos discos
con viejas melodías de clubs nocturnos,
suenan como entre humo,
a blanco y negro.

Andan sobre la mesa
varios libros mal apilados en escalera;
y por el suelo,
deshojado y otoñal,
el periódico de la mañana.

Mi hijo juega con guerreros
y le percuten en los labios
salvas de disparos
y silbidos de flechas.

Se me han ido instalando
los días de la semana
encima de los párpados,
contra el sueño,
a la altura de las vértebras doloridas.

Han sido como cinco dedos
que me apretaran
hasta extraerme por las costuras
un zumo agrio y propio
que cae en lamparones
manchándome los pies y las alfombras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No tienes idea querido Diario, cuánto es que disfruto estas entradas.

=)

Bello día.