El atrincheramiento en el que se refugian en los últimos tiempos las formaciones políticas tiene su reflejo en los medios periodísticos. O viceversa, que nunca se sabe qué fue antes. Hay dos polos opuestos, dos frentes y unas lindes interpuestas y bien delimitadas que crecen poco a poco sin dejar sitio para el encuentro, convirtiéndose, por contra, en una suerte de tierra quemada. Se contribuye de modo decisivo a este distanciamiento desde gran parte de las empresas de comunicación, plataformas que procuran la diferencia y alimentan la víscera. Sabido es que los desequilibrios nutricionales condicionan en gran parte el temperamento. Las dietas que nos sirven los medios últimamente convierten a mucha gente en carne de trinchera. Y ya se sabe que una vez dentro no hay manera de sacar la cabeza sin peligro.
8 comentarios:
En efecto, se impone otra dieta; es decir: una dieta. Yo me la impuse, muy restrictiva, hace años. Prefiero la debilidad y la delgadez del mal informado que verme cebado como carne de cañón, o expuesto a los tóxicos que vienen disueltos en los medios. A menudo me veo forzado a guardar silencio mientras contemplo cómo otros, bien lustrosos y llenos de energía barata, se parten la cara delante de mí sin tomar en cuenta ni por un segundo la posibilidad de estar alimentados con premisas falsas; de haber sido deliberadamente mal informados. O indeliberadamente, lo que es aún más triste. Así que aquí estoy, enjuto y silencioso, encaramado a mi columna como un estilita, mientras otros construyen templos a la verdad con sus columnistas.
(Y aquí viene la confesión dramática: yo soy periodista).
De acuerdo.
¿Contribuyo al mal que denuncias si me niego, de todos modos, a atribuir a todos la misma parte de culpa, si digo que sinceramente creo que, aun cayendo todos en lo que tú has explicado, hay posturas especialmente dañinas?
Amigo Bustrófedon, creo, como afirmas, que no se está más informado cuando se está mal informado; que sería necesario un mayor distanciamiento del fuego cruzado cotidiano; y que es preciso leer mucho (pero no periódicos) antes de leer periódicos. Me temo que en los tiempos que corren debe de ser complicado ser periodista no alineado en algunos medios.
Gracias por su enriquecedor comentario.
Portorosa, no creo que se contribuya al empeoramiento distinguiendo quién echa más o menos leña al fuego. Pero sí es verdad que duele más el atrincheramiento de los nuestros. ¿No crees?
Un abrazo.
Sí, lo creo. Totalmente de acuerdo; muy buena respuesta.
Un abrazo.
Yo estoy de acuerdo con el lamento de Bustrófedon, quizás porque también soy periodista... Pero al igual que los medios periodísticos de calidad son siempre aquellos que disponen de más 'filtros' o 'resistencias' para detectar los propios errores (en el ámbito de la información, de la opinión y del derecho de los lectores) los propios lectores (y todos los somos de una u otra forma) también tenemos que mantener una posición crítica y un 'distanciamiento' activo frente a los medios, que no son nunca oráculos sagrados ni transmisores asépticos de verdades absolutas. Dejar de comer por atribuirles, con toda la razón que se quiera, su condición de tóxicos, me parece más peligroso que mantenerse escuálido pero medianamente alimentado
aplicando el viejo consejo popular: "Hay que comer de todo". (Los políticos hablarían de 'pluralidad'). Y ahora existen como dice Portorosa "posturas
especialmente dañinas", pero yo creo que hay suficiente pluralidad para no tener que quedarse encajado, a la fuerza, en ninguna trinchera, sin asomar la cresta.
Perdón si me he extendido demasiado. Procuraré ser más breve en próximas ocasiones.
(PD. Me hubiera gustado hacer un comentario a la entrada sobre Céline y su 'Viaje al fin de la noche', pero la falta de tiempo me lo impidió).
Un saludo afectuoso.
Juan Domingo, me sumo a la idea ya manifestada por Portorosa y ampliada por tu comentario: no todos los medios actúan de igual modo. Pero creo sinceramente que el enfrentamiento ha atrincherado a los principales grupos de comunicación. Los más dañinos porque buscan acomodo subterráneo de manera vocacional, incluso diría que se sienten más a gusto cuanto más cerca de las pituitarias notan el nivel freático de sus escondrijos. Y los más fiables porque confunden, a mi juicio, la defensa de una acción política con la de un sistema –malo sería que esta confusión se debiera, además, a intereses espurios-. Debe, creo, denunciarse la mala práctica del ejercicio informativo, las elucubraciones interesadas, el falso testimonio, el insulto y la argumentación pedestre, pero sin situarse en frente, sino por encima. Cunde más un buen ejemplo de cómo deben hacerse las cosas que una filípica a propósito del error o la malicia ajena o, aún peor, un contrataque basado en la asimilación de las prácticas deleznables del contrario.
Dices, acertadamente, que “los propios lectores también tenemos que mantener una posición crítica y un 'distanciamiento' activo frente a los medios”. Siendo un buen consejo, me pregunto no obstante cuántos lectores de periódicos –más- y cuántos oyentes de radio –menos- estarán suficientemente formados para mantener la perspectiva adecuada respecto de lo que leen y, sobre todo, respecto de lo que oyen. Por eso creo que es preciso leer otras cosas –y añado, reflexionar sobre eso que se lee-, a la vez que se leen periódicos.
Hay, bien dices también, pluralidad y posibilidad de darnos una dieta rica añadiendo, de aquí y de allá –más de algunos aquís y menos de algunos allás- los nutrientes precisos para una higiene mental adecuada. Pero me preocupa que quienes andan entre el tiroteo bien alimentados son muy pocos y sirven de blanco a menudo para el fuego de las dos trincheras.
Un abrazo y gracias por tus reflexiones.
A mí me parece preocupante.
A veces, escucho emisoras de trincheras enfrentadas (zapping radiofónico) o compro periódicos también enemistados (por los suplementos principalmente) y suena graciosa la disparidad del enfoque (si no fuera porque a veces resulta patética).
Y las noticias en televisión pasan raudas sobre los asuntos más graves para dedicar la mayor parte de su espacio a sangrientos sucesos o "análisis" futbolísticos.
Mal panorama tenemos.
Saludos desde mi propia trinchera.
Lo mejor de tu parapeto, Miguel, es la CIERTA DISTANCIA con que lo miras todo. Esa perspectiva es la que se echa de menos.
Un abrazo.
Publicar un comentario