domingo, noviembre 04, 2007

Aurino

Regenta una cantina en Roces. Hace años organizamos allí una cena de amigos. Sólo abre el comedor en ocasiones especiales. Prepara entonces su mujer la especialidad de la casa, poulet au vin rouge. La denominación del plato no es ningún despropósito pretencioso en su boca por dos razones. Primera, porque su pronunciación del francés es voluntariamente enfática, cómica. Y segunda, porque se presta a la traducción al momento: pitu afogau en morapio. Aurino es quien más sabe de llave en el mundo. La llave es un deporte que parece fue entretenimiento de quienes le iban haciendo los raíles al tren. Clavaban un hierro en el suelo. En su extremo superior añadían unas aspas que había que intentar girar al lanzarles los tejos. Aún hay algunos merenderos asturianos que conservan el artilugio. También Aurino es uno de los que más sabe en el mundo de Alfonso Camín, aquel poeta modernista gijonés que vivió en Cuba, se murió de viejo, casi olvidado, fue enterrado en soledad y compuso uno de los puñados de versos a cuyo ritmo más parejas se han insinuado sexo: ponme la mano aquí Macorina. Vi a Aurino el viernes. Me comentó que llevaba casi un mes de vacaciones y que había ganado tres kilos. Su intención al cerrar por descanso la cantina era pasear, hacer vida sana, cuidarse y perder algo de peso. “Tres kilos llevo cogidos, fiu. La mio voluntad ye como una alfombra y ando tol día pisándola. Ya me lo diz la santa, ‘pero qué vas a ponete Aurino si non te val ya ningún pantalón’. Non te preocupes, santina, que me pongo el chándal”.

8 comentarios:

amart dijo...

Qué bien pintas con cuatro brochazos.

Alexandrós dijo...

Amart,si me lo permites, ¡tanto como brochazos! Yo me decantaría por un pincel más fino, un pincel que ha cargarse con la pintura justa, que ha de manejarse con soltura y precisión quirúrgica para plasmar con destreza estos retratos magistrales.
Un abrazo

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Rercuerdo ahora que ayer leí en ese cuento inédito de Cortázar que se publica en el último Babelia, eso tan antiguo y conocido de que un escritor es siempre un ser vanidoso. No me agraven la dolencia amigos.
Un abrazo.

FPC dijo...

No creo que peques de eso. Y sí debe reconocerse que lo haces de modo magistral. Así que tendrás que aguantarnos...
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Lo describe tan bien, que es fácil meterse en el personaje y vivirlo.
Tiene razón Cortazar, aunque no le llamaría vanidad, prefiero llamarle necesidad.
Saludos

Anónimo dijo...

Por otro lado, ten cuidado, a ver si te tienes que poner el chandal (risas)

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Llamésmolo necesidad, entonces. No está mal. Necesitados de contar, de echar fuera, de sentirnos queridos. Habrá algo de todo ello.

Aurino es un personaje real. Singular. De voz potente. Charla franca -a veces incluso en exceso-. Transparente. Y que vive a caballo entre el ambiente tabernario y sus inquietudes culturales -que no son menores-. Todo un carácter -en el amplio sentido del término-.

Un abrazo a ambos.

amart dijo...

Permíteme, querido DR, un pequeño espacio en tu cuaderno para hacer un breve contra-comentario a Alexandrós. Cuando digo "brochazos", en modo alguno debe interpretarse sentido peyorativo alguno. Precisamente en el necesario talento de esos brochazos (y no otros) está el quid. Recomendación: véase tan cerca como sea posible cualquier retrato de Velázquez, en especial, los toques de luz. Luego, sepárese uno unos cuantos metros. Brochazos geniales y nada quirúrgicos.
Un abrazo para DR.
Y otro, para Alexandrós.