Félix Ovejero en EL PAÍS escribe sobre Otegi:
de obligada lectura (creo).
"Los motivos no purifican los procedimientos. Después de todo, algunos matan por amor o por el reino de Dios. En realidad, en una sociedad democrática, invocar objetivos políticos para realizar crímenes debería considerarse un agravante, si estamos de acuerdo en que la primera exigencia de la política democrática es el respeto a la dignidad de los otros.
(...) Quizá es cosa de revisar ese confuso territorio de nadie en el que todos parecíamos sentirnos cómodos, entre otras cosas porque nos evitaba pensar en serio la naturaleza de la mercancía ideológica nacionalista: “Una buena causa defendida de mala maneras”. Y sí, estrictamente, no es imposible que una buena causa se defienda de mala manera. Pero no es el presente caso. Aquí no solo hay malas maneras: también hay malas causas, y, además, la relación entre unas cosas y otras no es casual."
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