viernes, agosto 31, 2007
Las Médulas (Only castaños)
jueves, agosto 30, 2007
El Valle del Silencio
El camino que conduce desde Ponferrada a San Pedro de Montes está adornado de todas las bellezas y accidentes graves, terribles y risueños propios de un país montañoso. El Valdueza o valle de Oza, por cuyo fondo corre este río, presenta desde San Esteban una faja de frondosidad y frescura infinita, pero sumamente estrecha, flanqueada en ambas orillas por dos cordilleras que le aprisionan hasta su fin. Las huertas y prados, los frutales y árboles silvstres, los emparrados, que a veces extienden sobre el camino su rústico dosel, y los pueblecitos que a cada paso se encuentran a la margen de aquel río tan cristalino, donde se ven las truchas deslizarse sobre las guijas y ocultarse en las raíces de los árboles, entretienen agradablemente al viajero.
Enrique Gil y Carrasco, Bosquejo de un viaje a una provincia del interior.
martes, agosto 28, 2007
Todo me distrae
lunes, agosto 27, 2007
Por Carracedo
En la margen izquierda del río Cúa y en un sitio fértil, risueño y deleitoso tal vez en demasía para la austeridad y recogimiento de la vida monástica, está asentado el monasterio de Carracedo, el más sobresaliente de El Bierzo y que antes de la caída de las órdenes religiosas gozaba en la de San Bernardo de una consideración y riqueza de primer rango. Cércanle por todas partes praderas y huertas fertilísimas, frondosos arbolados y campos de pan y de maíz y de lino, surcados por arroyos puros y cristalinos que mantienen en ellos perpetua verdura. Es allí el cielo tan sereno y claro, tan benigno y templado el aire, tan fecunda la tierra y tan variada la armonía de los infinitos pájaros que cantan en sus sotos, que el buen rey Bermundo II el Gotoso que le fundó en 990, no puedo buscar marco menos a propósito para un cuadro grave y religioso.
miércoles, agosto 22, 2007
Mareona
lunes, agosto 20, 2007
A propósito de Auden
La última entrada del blog de Álvaro Valverde reproduce un poema de Auden. El IX de Doce Canciones –¿recuerdan que se recitaba en Cuatro bodas y un funeral?-, en la versión que del mismo ha realizado Jordi Doce en la antología Los señores del límite. La comparé con la traducción que del mismo texto ha realizado Eduardo Iriarte, en la selección titulada Canción de cuna y otros poemas. Son realmente muy distintas. Entiendo los elogios de Valverde hacia la de Doce: resulta mucho más poética. No sé si más fiel. Tampoco importa. Ya decia Victor Botas que "la fidelidad, en ocasiones, lejos de ser una virtud, no es mas que una impotencia".
Releía hace sólo unos días un libro de José Luís García Martín, La biblioteca de Alejandría, en el que se reúnen traducciones -o reinvenciones- de textos de diversos autores -desde Li Po a Eugénio de Andrade-. En su prólogo se hacen unas consideraciones muy interesantes sobre la labor del traductor. Entresaco lo que sigue porque entiendo viene al caso: “Traducción: aproximación. Pero no es lo mismo quedarse a cien leguas del original que a unos pocos centímetros. También las traducciones pueden leerse, no como una reproducción más o menos fiel de un original, sino como poemas originales escritos a medias entre el traductor y el poeta traducido”.
Y también al hilo de Auden y de sus traducciones, recuerdo otra entrada que no hace mucho colgaba en su blog Jorge Ordaz –a él también le soy leal: empieza a ser difícil seguir a tantos cuando tantos son los que tan bien lo hacen-. Se titulaba aquella anotación Auden y la caliza y se refería al poema In praise of limestone: “Las versiones al castellano del mencionado poema suelen traducir limestone por piedra caliza. No es incorrecto, pero lo preferible sería decir caliza. Los geólogos hablamos simplemente de calizas, y en el campo no vemos piedras, sino rocas. Además, en la por otra parte excelente versión de Eduardo Iriarte, incluída en Canción de cuna y otros poemas (2006), la expresión weathered outcrop es traducida por erosionado afloramiento. Lo más apropiado hubiese sido poner meteorizado afloramiento. Es parecido, pero menos preciso. Seguro que estos matices los conocía Auden. Pero, en fin, tampoco importa mucho. Lo importante es el poema en sí. Lo demás son disquisiciones comineras para pasar el rato”. No sé si este remate es del todo sincero.
jueves, agosto 16, 2007
Traca en el río
lunes, agosto 13, 2007
Sábado tarde en Viana
Apenas si hay gente por las calles.
Los comedores están cerrando
y al sol, aun andando en lo más alto,
le cuesta alcanzar
los rincones más turbios
de la ciudad vieja.
El viento, sin embargo, dispersa
el agua de las fuentes
y pone en vuelo de repente
una gran sombrilla blanca
en la Plaza de la República.
Esta brisa atlántica
que llega encanallada desde el puerto
se ha vuelto más astuta que la luz.
Le levanta las faldas a las muchachas
y le busca las vengüenzas
a las sombras más perdidas.
viernes, agosto 10, 2007
Rio do esquecimiento
Receta de amigo
miércoles, agosto 08, 2007
Guimaraes
las más angostas calles de Guimaraes,
por encima de donde se asoman
el palacio de los Braganza
y la espada de Afonso Henriques,
una inscripción en grandes letras doradas
recuerda que "Aquí nasceu Portugal".
Entre las mesas del café
de la Plaza de Santiago,
en el corazón mismo de la ciudad
una vieja aseada y sonriente
mendiga una limosna.
En piedra
Es media tarde y juego solo al billar durante un rato. Pongo un disco de Dulce Pontes. La luz incide sólo sobre el fieltro verde de la mesa, suena suave la música y la puerta abierta deja pasar el olor de la tierra húmeda. Nos han invitado a conocer la bodega. Está muy cerca. A escasos cinco minutos de paseo. Vamos junto a nuestros vecinos de alojamiento. Hace una semana que compartimos la casa. C. nos guía. Charlamos bajo los paraguas. Los niños van riendo y mojándose. Nos franquea el portón de acceso una anciana de piel curtida, pañoleta, botas altas, bata de faena y dedos retorcidos como sarmientos. Sonríe. Se maneja en un portugués resbaladizo. C. nos aclara que es una empleada de la abuela. Lleva a su servicio desde los catorce años. Tiene setenta y cuatro. Ahora, además de las faenas de la finca, del cuidado de los animales, de las tareas de la limpieza, de la ayuda en la bodega, cuida también de la señora, de la reina, anciana y encamada a sus casi cien años. Fue la terrateniente del lugar. Carácter fuerte. Muchas propiedades. Y gran parte del pueblo trabajando para ella. Así era la reina. Por eso era la reina. Y sigue siendo la reina, según parece, que aún en su lecho quiere saber qué se hace en las tierras. Aún quiere reinar en su pequeño feudo. Lo cuenta su nieto y lo hace con cariño. Queda por conocer qué piensan de ello quienes estuvieron a su servicio. Qué hablarían de su reina las gentes de Chafé.
martes, agosto 07, 2007
Lluvia
viernes, agosto 03, 2007
Ajedrez de verano
Al final de la tarde,
el último sol ya apenas relumbra
sobre el ajedrez del jardín.
Una sombra ligera de brasas
se alarga morosa y cruenta,
como si fuera el final de una guerra,
por el granito que tiene encastrados
azulejos de escaques blancos y añiles.
Esa postrera luz del verano
se hinca también de rodillas,
no elude tampoco
el jaque mortal de los días.