jueves, enero 28, 2010

Más madera

Hoy en EL PAÍS:

Un profesional de Tokio, el emergente Yoshiro Narisawa, por primera vez en Madrid Fusión, desplegó su menú de este año, basado en la naturaleza del bosque. Aromas, texturas y esencias trasladadas al plato. Narisawa relató cómo extrae el sabor de la tierra del hortelano que le brinda sus verduras y la concentra en sopa. El amor de la lumbre lo brindó con carbonizados de puerro y pimientos y le dio una vuelta de tuerca a un plato vertebral en la cocina japonesa, el caldo dashi. En vez de emplear las tradicionales virutas de atún, el cocinero cortó como un ebanista virutas de cedro. Esta madera, de efecto desinfectante y perfumador, es capaz de proporcionar, mezclada con serrín de castaño, una sopa que sabe a paisaje: hay que esperar a paladear el segundo sorbo.

(¡Con dos cojones! Y como me comenta un amigo: "Ya verás cuando estos japos descubran el regaliz de palo".)

lunes, enero 25, 2010

Dientes

De entre las imágenes de los informativos que muestran en improvisados campamentos a los supervivientes haitianos, choca ver a menudo que entre ellos algunos aparecen lavándose los dientes. De pie, miran con ojos algo hipnóticos y mueven mecánicamente su cepillo dentro de la boca. Un cerco de espuma blanca les rodea los labios, un poco como a Al Jolson en The Jazz Singer. Pese a saberse filmados continúan parsimoniosos con esa higiene en medio del hacinamiento y frente a la cámara intrusa. Uno piensa que a este lado fácil de la vida echamos mano del dentífrico después de las comidas o antes de los besos. Siempre en la intimidad de los cuartos de baño. Pero que quizás no nos tomaríamos semejante molestia en medio de la tormenta. Tan ajenos a lo irremediable por desconocido que muy probablemente perderíamos el norte del aseo. Para ellos posiblemente todo sea más simple y ese sea uno de los no tan escasos gestos que mantienen durante el desastre, siempre acechante, un rastro de la rutina de lo que eran sus vidas sólo unos días antes. Tan peladas como los huesos que les arroja la escasez a los perros. Huesos para dientes sanos.

martes, enero 19, 2010

Desperfectos (inconmensurables y minúsculos)

Sobre la alfombra de los días, el derrumbe de los daños inconmensurables. El Roto resume hoy con un magistral oxímoron la tragedia haitiana.


Bajo la alfombra de los días, los daños ninúsculos. Me fatiga un poco la polémica (Marsé, Boyero, Arcadi Espada, entre otros) que se viene reproduciendo en la prensa a propósito de la polvareda que está levantando El cónsul de Sodoma, la película sobre Gil de Biedma. Recuerdo hace años la que generó también El último viaje de Robert Rylands, dirigida por Gracia Querejeta y rodada en Inglaterra con un equipo técnico y unos actores casi íntegramente ingleses. Basada libremente, según matizaban los créditos, en la novela de Javier Marías Todas las almas, y que fue, tras su estreno, motivo de agria polémica entre el autor del libro y la familia Querejeta (Gracia,la hija, y Elías, el padre y productor). A Javier Marías no pareció gustarle lo más mínimo la versión filmada de su novela y se mostró indignado, desde las páginas de EL PAÍS, con el tratamiento dado a los personajes que él creara. Hacía unos meses que había leído yo Todas las almas y no recordaba al detalle el argumento de la obra, por eso repasé algunas páginas de la novela. Ciertamente era muy escaso el parecido entre la pelicula y el libro en el que decía estar libremente basada. ¿Tenía derecho por ello al pataleo Javier Marías, o como dice Almudena Grandes -en una de las pocas cosas sensatas que uno le ha oído-: la venta de los derechos sobre un libro paga los desperfectos? Si es que se podía hablar de desperfectos en ese caso. No se trataba ni mucho menos de una mala película, muy al contrario, narra con buen pulso una historia interesante. En la polémica surgida entre novelista y directora, si hubiera de tomar partido, sin duda lo haría en favor de Gracia Querejeta, no porque la película me parezca mejor que el libro -es distinta-, sino porque Javier Marías, una vez vendidos los derechos cinematográficos sobre su obra, no puede pretender que alguien haga la película que a él le hubiera gustado ver. En la de Marsé y El cónsul uno sólo tiene por referencia las gruñerías habituales del novelista (siempre escandalizado con las adaptaciones de sus obras pero siempre dispuesto a venderlas de nuevo al mejor postor). Respecto a la película no tendré opinión sobre la misma hasta verla. Ni de su calidad ni de sus intenciones. Eso sí, reconozco que me da un pelín de pereza.

miércoles, enero 13, 2010

Nieve (y barro)

Sobre la nieve. Tanta en los últimos días. Casi hasta aquí, a nivel del mar. Curiosamente, nos derrite antes de derretirse. El blanco espeso y extendido nos sume en la ñoñez. En el engaño. Bajo la apariencia se agazapa el barro. Una vez derretida, lo chapoteamos. Nos salpica una constelación oscura. Arrepentimiento de lo cursi. De la literatura de superficie.

martes, enero 12, 2010

Rozalén

Después de aquel indeciso punto primero vinieron carátulas, gruñerías, viajes en motocicleta, mejillones rosales, dréxleres, carrilleras, cuentos, albariños, fotos, fiestas, monfragües, bolaños, damas como la Ferrell y una niña cauterio llamada Zaida. Y cuando era ya un hábito, nos despidió el canalla con un "Adiós, amigos". El año nuevo nos lo trae de vuelta. Bendito abloguizaje. Que sea por mucho tiempo. Y que uno lo lea.

Piel y uñas

Me preguntaba ayer mi hijo si yo sabía que en el polvo flotan microscópicas porciones de nuestra piel y de nuestras uñas. Estos descubrimientos son una fascinación a edades tempranas como la suya. Años más tarde, sin embargo, se nos vuelven sólo un motivo más para la melancolía.

lunes, enero 11, 2010

Resumen

En estas noches de Reyes
fuimos niños y luego padres.
Y seremos quizás también abuelos.
Del fruto de ese encanto
rumiaremos al fin un hueso sólo.
La escasa y amarga porción
de lo que se gozó dulce en la boca,
de lo que pusimos en sazón
en las manos de nuestros hijos
y de lo que veremos caer al suelo,
desde el árbol sin poda,
con desidia de quien deja su huerto
en manos de la maleza,
de quien se reconoce
en la recta final de toda vida.

domingo, enero 10, 2010

Adaptaciones

Le oí contar en la tele a José Luís Cuerda un chiste que según parece le gustaba mucho a Azcona. Dos cabras comen en un basurero el negativo de una película. Cuando terminan con todo el rollo, pregunta una: ¿te ha gustado? Responde la otra: me gustó más la novela.