Después de aquel indeciso punto primero vinieron carátulas, gruñerías, viajes en motocicleta, mejillones rosales, dréxleres, carrilleras, cuentos, albariños, fotos, fiestas, monfragües, bolaños, damas como la Ferrell y una niña cauterio llamada Zaida. Y cuando era ya un hábito, nos despidió el canalla con un "Adiós, amigos". El año nuevo nos lo trae de vuelta. Bendito abloguizaje. Que sea por mucho tiempo. Y que uno lo lea.
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