martes, octubre 09, 2007

Un año

Esta bitácora cumple hoy un año. Bébanse algo a la salud de estos Diarios y a la de quien los escribe. Me gustaría convidarles personalmente. Y no descarto que haya ocasión para ello algún día. Entre tanto, les agradezco su presencia, sus comentarios, su amistad. Y les dedico un relato publicado aquí hace meses, una pequeña historia, real, a la que le tengo especial cariño y que recupero hoy para la ocasión.

El perro de Goya


El sábado asistimos resignados a la agonía del perro de Goya. Esa cabeza suplicante que emerge en un plano inclinado en medio de la oscura nada y en la que algunos teóricos del arte han creído ver el inicio de la modernidad pictórica.
Salimos temprano de La Isla. Tomamos en dirección oeste la senda costera que arranca justo en la misma playa. Estaban los prados empapados de rocío, los tojos salpicados de salitre, le daba contraste al verde el azafrán silvestre, el sol iba ganando lentamente altura y fuerza, iluminando las laderas orientales del Sueve, y la mar había amanecido en calma. Era una hermosa mañana de octubre que nos dejaba ver, desde el acantilado que íbamos bordeando, el abigarrado escalonamiento de las casas de Lastres hacia su puerto y la bruma, que como una amenaza aún remota, comenzaba a diluir el horizonte.
A la mitad del camino pasamos por Huerres, que es un pueblo de hórreos antiguos y pomares de sidra. Luego subimos a San Juan de Duz, que tiene una enorme iglesia de principios del XX en la base de cuyo campanario se arrodillan dos ángeles custodios que han perdido sus cabezas. Desde Duz se desciende a través de un sendero empedrado y umbrío sobre el que los castaños van arrojando su fruto. A su término aparece la ría de Colunga, empantanada en un meandro final entre las arenas de la playa de La Griega.
Mientras los niños corrían ya descalzos de un lado para otro, nos tumbamos a leer bajo el sol.
Fue ya después de comer cuando se nos acercó renqueante un viejo perro que arrastraba trabajosamente sus patas traseras y husmeaba sin apenas fuerzas la arena con un cansino movimiento de cabeza. Parecía un cazador abandonado por su olfato, un viejo rastreador que sólo distinguiera ya el propio olor de sus llagas. Así anduvo durante un buen rato observado con recelo y curiosidad por quienes disfrutaban de la playa, con lástima infinita por mi hijo, que había dejado de jugar y me preguntaba qué podíamos hacer por el pobre chucho.
Entretanto, la niebla había ido acercándose rápida, cayendo espesa sobre la bajamar y como un humo ralo y acuoso sobre nosotros.
El perro se fue caminando con un esfuerzo doloroso hacia la orilla. Por el camino quedó atrapado en un charco del que no parecía capaz de escapar. Hasta allí fuimos con alimento y agua para prestarle ayuda. Pero siguió empozado, sin prestar atención siquiera a nuestra presencia, empeñado en hundirse en aquel rastro de un océano que venía tenazmente a su encuentro.
Lo último que vi cuando nos íbamos fue un lunar oscuro y aún palpitante al que la niebla y el mar iban envolviendo.
Miento, lo último que vi en realidad antes de dejar la playa fueron las lágrimas desconsoladas de mi hijo. Lloraba, sin saberlo, por una vieja pintura de Goya.

23 comentarios:

Gregorio Luri dijo...

Feliz aniversario... y que cumplas muchos más.

FPC dijo...

Un abrazo celebratorio y con mis mejores deseos. No echo en saco roto lo de la invitación ¡a ver si llega!

Anónimo dijo...

Me uno a la felicitación.
Recuerdo el artículo y el dolor del niño.
Me gusta mucho Goya.
Es mi vecino.

Saludos especiales.

Daniel Pelegrín dijo...

Enhorabuena con un abrazo, amigo, y a seguir, a seguir, que siempre se aprende y se goza con tus palabras y con los comentarios que suscitan. Hermoso el cuento: la vida y el arte, dos cabos de un mismo lazo.

Anónimo dijo...

..me olvidaba.
Si llega el día D, también me gustaría, saludos

Lula Fortune dijo...

¿Pero no es al revés? ¿No es el que cumple el que recibe los regalos? Nos alegras el día a día y encima nos haces un hermoso regalo. Gracias a ti. Gracias mil, y no caerá en saco roto la invitación.(Qué merluza más rica en Lastres!). Besos adultos, que ya tienes un añito.

Anónimo dijo...

Debe ser una de mis entradas favoritas. La celebro hoy, como hace un año Rayuel()a.

Espero que te guste el pan biscuit de chocolate, salido apenas del horno (éste, para comerlo acompañado ¿ah?)


¡Feliz cumpleaños!

=)

R.

Sir John More dijo...

Felicidades, amigo, y ojalá te tenga muchos años ahí, enseñándome tanto, despertando tantas emociones en mis cansancios. Un gran abrazo.

Portarosa dijo...

Feliz cumpleaños, DR. Me alegro de poder celebrarlo, y me alegro de poder disfrutarlo cada día; ¡pero más me alegraría de tomar esos vinos! Y sí, que cumplas muchos más.

Un abrazo.

Nuca dijo...

Sin duda un año es ya toda una vida para un blog. Y una vida bien aprovechada.

Estoy seguro -para nuestro gozo- que este aniversario le reforzará la voluntad de continuar con estos diarios.

Felicidades sinceras

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

No pensé yo, cuando abrí esta ventana, que seguiría así, de par en par, pasado un año. No me veía con la constancia precisa para estar expuesto tanto tiempo, ni con el ánimo suficiente como parlotear tan largo acodado en ella.
Hay, entiendo, que darle el significado exacto a cuanto de laudatorio hay en los comentarios que se cuelgan en las bitácoras. Se les supone a la mayor parte unas dosis apreciables de sinceridad, pero no menores suelen ser las de urbanidad. Y no es malo que así sea, pues las formas, la elegancia en el trato, el saber estar, son argamasa imprescindible de la convivencia. Y aquí, en la blogosfera, se convive a diario con mucha gente.
Así que tomo los ánimos en lo que valen, palmada de amigos, impulso suficiente como para animarse a continuar escribiendo en estas páginas. Y los agradezco sinceramente a la vez que no echo -claro que no, Paco- en saco roto la intención de que en el futuro vayamos coincidiendo si la ocasión lo permite o, simplemente, la forzamos.
A todos, los que pasáis y dejáis huella, a los que sólo por el ruido de las puntillas se os distingue, un emocionado abrazo.

P.D.: Y déjenme que le dedique un aparte a mi querida Rox, que encontré ya ahí justo cuando abrí la ventana, como esperando; y que ahí sigue, distinguiéndome con un cariño que nunca agradeceré lo suficiente.

Anónimo dijo...

10 Octubre 2007
Méx, Méx - y lloviendo.

Querido Diario:

Hoy ha amanecido lloviendo. Estos días pintan así, medio fríos, nostálgicos, un poco de lo primero y lo segundo, una mixtura de ambos. Ahhh, pero yo me encuentro soleada. Verás, debí releer una posdata tantas veces, que ya hasta la memoricé. Y nada... pues que estoy soleada.

(Es que era una posdata muy bonita)

Jorge Ordaz dijo...

Feliz aniversario...y adelante.

Raquel dijo...

Felicidades. Esa constancia es todo un esfuerzo y creo que muchos te lo agradecemos.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Feliz primer añito. O añazo. Felicidades por la calidad, por la hondura,por la regularidad y por la profunda, humilde e inteligente humanidad que destila tu blog, que sabe ver a los otros a través de sí mismo, y no agotarse en el habitual ejercicio masturbatario de egolatría. Adelante. Te leemos.

amart dijo...

Ah, hombre de poca fe, ¿creías que te librarías de mí tan fácilmente? ¿Y en una fecha como esta? Abandona toda esperanza.
Muchas felicidades, sinceras, lo sabes, y mis mejores deseos para el próximo... y los que vengan. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Me come el tiempo así que seré breve: FELICIDADESSSSSS

Un placer estas lecturas, no me canso de decirlo.

Un abrazo a tod@s y feliz puente.

(Pasmada)

M. dijo...

Diarios, me sumo a las felicitaciones. Un abrazo.

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Jorge, Raquel, JC, Pasmy, Manuel, gracias a todos. Un abrazo fuerte.

Lo cierto es que después de colgar esta última entrada, como que me sentí sin fuerzas de repente. Supongo que se trata de esos vacíos repentinos que se producen después de alcanzar algo con esfuerzo.

A ver si nos vamos recuperando.

conde-duque dijo...

Aunque con retraso, me uno a las felicitaciones, a los futuros vinos y al agradecimiento por los textos que nos regalas.
Aquí seguiremos.
Un abrazo.

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Gracias y un abrazo, querido Conde (y otro para Amart, al que no saludé a tiempo antes).

Alexandrós dijo...

Muchas felicidades de este "bloger" cada vez más intermitente.
Un abrazo

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Intermitente pero fiel y siempre generoso.
Un abrazo, Alejandro.