No debería. Se ha llenado todo de comentarios sobre el asunto. Qué puede aportar uno de nuevo en medio de tanta opinión. Y sin embargo me da como un impulso, unas irrefrenables ganas de terciar. Vamos, como al Rey el otro día. Y de eso ni más ni menos va el asunto. Porque a mí, y adelanto ya lo que pienso sobre ello, no me gustó la incontinencia verbal-real. Se ve que a los monarcas se les va la cabeza siempre con los supuestos revolucionarios. Cuando no se la cortan, la pierden ellos solitos. En ciertos sueldos va también un complemento de templanza. Y vale más que ésta se interprete como paño caliente y que se salga del trance con elegancia, que no arremeter como en tertulia de deslenguados o en programa de género chico. Por muy inquilino de Zarzuela que se sea.
12 comentarios:
Estaba ahora mismito leyendo en Jardines Secretos la referencia al libro, acabado ya de leer tu anterior post, de El buen soldado. Fantásticos los dos. Todo lo que supe de Madox Ford fue por Hemingway, por Stein, por Fitzgerald quizás. La mitológica crueldad de don Ernesto. Leeré ese libro con muchas ganas gracias a FPC y tú.
En cuanto al Rey, a mí (como espectador, como consumidor voraz de información) me parece fabuloso. El País le ha regalado un artículo envenenado sobre su convulso último año: de los osos al gorila o algo semejante. Un documental de la 2, vamos. Malos tiempos. Falta menos para decir, en algún muelle gallego despidiendo al Fortuna: ¡A mamarla!
Sobre Salinas, Fitzgerald decía que él bebía porque siempre pasaban cosas. Y tambien para hacer más interesante al resto de la gente. Yo creo que es todo bastante más simple. Yo bebo, por ejemplo, porque soy un borracho. No es que prevea nada. Es sólo que yo soy un alcohólico y los alcohólicos beben, porque sino serían otra cosa. No me disgusta el traje ni me queda grande. Sólo que soporto menos las actividades sociales, ese jodido invento burgués.
Serandinas y el vino y Aurino son los dos posts más bonitos que he leído en los últimos tiempos. El primero se lo envié a los amigos que quiero, ¡y a punto estuve de atribuírmelo! Qué suave paseo tus palabras.
Pues gracias a m. por la referencia. Y a ti por esta ineludible y excelente entrada. Yo también creo lo que tú. Añado dos matices.
1) Cuando se llega a ser un país industrializado, como el nuestro, ultracapitalista, hay que hacerse a la idea de que nos pasarán factura por asuntos de inversiones de empresas y demás. Que yo lo pasara por alto sería pura ignorancia. Que los gobernantes no lo sepan o hagan como que no va con ellos, es mal gobierno. No se puede ser ultracapitalista y además estar con los revolucionarios. Poniendo una vela a Dios y otra al diablo.
y 2) Del otro lado, e independientemente de lo payaso que Chávez sea, que lo es mucho aunque sin gracia, debería recordar que desde hace mucho ya no somos un país colonialista. Y que en uso de nuestra libertad de expresión decimos lo que nos da la gana. Y que si les molesta no es porque ellos sean nuestra excolonia y nosotros su exmetrópolis sino porque nuestras respectivas opiniones (y nuestros intereses,claro) no coinciden. Qué se le va a hacer.
Lo que me lleva a pensar que estas reuniones "de alto nivel" son, cada vez más, un disparate o dislate. Yo prefiero releer a Andrés Eloy Blanco, un autor olvidado hoy pero de enorme altura, al que se seguramente horrorizaría que su país estuviera en semejantes manos.
Un abrazo.
Me parece que olvidamos algunas cosas...todos se conocen, comen juntos y hablan de todo.
A mi me parece bien,alguien debe decirle que se calle de una vez, que deje hablar, algo a lo que él no está acostumbrado... creo que antes de la reunión hubo un ágape con productos y vinillos de todos los lugares.
Me comentan... el grito del jefe del estado, va a ser desde ahora el de los estudiantes venezolanos.
Ayer lo comenté por correo con una amiga de Caracas y me dijo que a muchos venezolanos, le había parecido chevere.
Saludos
Querido Manuel, dicen que los halagos debilitan. No lo sé. Pero si así fuera, estaría yo tras los tuyos postrado en cama como de crío, con el embozo de las sábanas a la altura de la nariz, calentito, bien atendido por mi madre, con un mal de aquellos casi clementes que nos permitían perdernos unos días de clase. Esas debilidades quiere uno para si de vez en cuando.
Me alegra que las reseñas de FPC, que me suscitó la curiosidad, y la mía te lleven al libro. No creo que te decepcione. De cualquier modo, si lo hiciera, prometo en compensación pagar una ronda, que, como dice Salinas, apoyarse en ciertas muletas fomenta mucho y bien las relaciones sociales.
Un abrazo.
FPC te agradezco el comentario no sólo por lo que en él se aporta acerca del "incidente", sino por esa referencia que incluye de un autor venezolano al que no conocía. Nos pondremos en la pista de Andrés Eloy Blanco.
Un abrazo.
Querida Luna, ayer mismo hablaba de la situación venezolana con alguien que la ha vivido de cerca recientemente. Según parece hay una fractura social de proporciones colosales que está poniendo en serio riesgo la estabilidad del país. Así que no me extraña que les parezca chévere a los opositores la ocurrencia de nuestro monarca.
Un abrazo.
Tienes razón, la situación actual es bastante seria y al parecer no queda demasiado tiempo para el ¡¡sálvese quien pueda!!
* Pido perdón, me ha faltado el acento en... ché.
Saludos
Chávez es tan provocativo que se ha convertido en un blanco perfecto, tanto a su favor como en su contra. El rey, punto y aparte; su salida de tono, una provocación más.
Como siempre, dices lo justo y de una forma bellísima.
Un abrazo
Estoy encantado con que gracias al exabrupto, por fin, se hable y se critique abiertamente al rey y a la institución que representa.
¿Será un síntoma de que algo comienza a cambiar?
Gracias por vuestra visita, Raquel, Occam. En la línea de lo que se habla en el post pero infinitamente mejor dicho, acabo de leer un artículo de Savater cuya referencia os cito por si quisierais leerlo:
http://www.bastaya.org/uploads/noticias/index.php?id=20071
Un abrazo.
Qué distinto hubiera sido:
¿Por qué no dejas hablar?
Un saludo
No había reparado en esa posiblidad y llevas mucha razón en que todo hubiera sido muy diferente y, sobre todo, mucho más oportuno.
Un abrazo.
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