viernes, septiembre 12, 2008

Hospital

No sabría ahora transcribir las citas exactas, pero he leído recientemente en Séneca y en Magris algo así como que nada sino el presente existe en realidad. Que no es sensato, ni productivo, ni apenas razonable, hipotecar más de lo preciso el momento para ganar un futuro incierto, para penar por lo que irremediablemente es pasado. Y sin embargo, en estas horas de hospital que uno rinde a la espera nada agotaría más que creer imposible el futuro. Eso sí, este tiempo baldío es el único, paradójicamente, en el que adquirimos la absoluta seguridad de que valoraremos en su justa medida el presente futuro. Ese al menos es ahora mismo el propósito. A ver lo que dura.

10 comentarios:

mgab. dijo...

me han tocado horas de hospital buena parte del verano: tu reflexión acerca del tiempo en tales circunstancias es de las más acertadas!

me gustan mucho esas "caxigalíneas" tuyas, diario...

FPC dijo...

Y efectivamente es un propósito: casi siempre, ese presente que es la realidad que sigue al presente del propósito, se encarga de dejar a éste en evidencia. Lo que no deja de ser otro presente más, que nos desdice y nos hace falibles: es decir, humanos.
Un abrazo, amigo, y mucho ánimo.

Luna dijo...

Esas largas horas de hospital donde el tiempo no corre...
Todo irá bién.

Saludos

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Querida Jin, se define como caxigalina en el Diccionario General de la Lengua Asturiana lo siguiente: asunto de poca importancia, tontería, bobada, baratija, cosa de poca calidad. Y pone como ejemplo de uso: no cuenta más que caxigalines. Les caxigalines, las he convertido en caxigalineas, una suerte de ocurrencias expresadas en apenas unos renglones.

Ya sabes, Paco, estos propósitos son tan viejos como la humanidad y tienen múltiples definiciones. Carpe diem. Collige virgo, rosas. Luego, el día a día nos enreda de mala manera.

Nada grave, Luna, pero aun no siéndolo no está uno acostumbrado a estas largas esperas hospitalarias. Así que de vez en cuando piensa en ellas.

Un fuerte abrazo para los tres.

Anónimo dijo...

Aburren y preocupan, porque, aun sin no ser nada, siempre son algo.
Las citas?
Hace tiempo leía citas de gente muy interesante y me hizo gracia lo bellas que son y lo inútiles que pueden llegar a ser, incluso creo que en Lao Tse unas contradecían a otras; y ni te cuento las de otros.

Lula Fortune dijo...

Cuando pasas mucho tiempo en ellos es como si te recubriese una película de miseria humana que llevas todo el día encima y que nadie ve, excepto tú.
Mucho ánimo. Besos.
PD: echo en falta a Furber.

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Querido Pau -siempre ahí, es un lujo tenerle como lector-, en una caxigalínea me referí también a eso de las citas. Decía: "Era un lector voraz pero desmemoriado. Así que cuando necesitaba una cita con la que introducir algún escrito propio -siempre han resultado elegantes tales detalles de precisa erudición-, se la inventaba. Esa inocente impostura decía mucho de su modo de leer -¿de vivir quizás?-: aprovechamiento por precipitación de la sustancia y desinterés hacia todo lo demás."
Un abrazo.

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Lula, tus deseos son órdenes. El próximo post será una furberiana. A ver si te gusta.
Un beso.

la luz tenue dijo...

De vez en cuando también yo estoy de hospitales.
Me afecta mucho, como es natural. Tanto, que hasta le tengo dadas un par de etiquetas en mi blog.

Un saludo, y que pase pronto.

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Querido José Manuel no sólo en la tristeza aséptica de los hospitales nos ibamos a encontrar: cuando cocino -y lo hago a menudo- yo también a veces me quemó por impaciencia la punta de la lengua.
Un abrazo gastronómicohospitalario.