martes, diciembre 30, 2008

Cine y reencarnación

Hemos visto de nuevo Remando al viento, el viejo film de Gonzalo Suárez. Sigue siendo un prodigio de buen gusto fotográfico, musical y literario. No sé, en cambio, si todo ello amalgama una buena película. Me temo que se disfruta más como un placer estético que como un artefacto cinematográfico. En cualquier caso, merece revisarse cada cierto tiempo, dejándose seducir por ese romanticismo esteta, frívolo y a la vez trágico que tan bien encarna Byron.

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Si volviera a nacer, me digo al modo en que se respondía a esa clásica pregunta, no creo que cambiase demasiadas cosas de mi vida. No obstante, sí querría que algunas se me otorgaran de otro modo, más generosamente. La paciencia, por ejemplo. Y la mesura, que nunca es bastante, sobre todo la mesura en la palabra. Qué lujo incomparable sería el de adornarse de paciencia y discreción. Y cuánta práctica exigen a quien la naturaleza no le predispuso para tales gracias.

1 comentario:

Luna dijo...

Si volviera a nacer...menos a mi pareji, cambiaría muchas cosas.

Un abrazo