Para quien no frecuenta el mundillo
literario, ni tiene ofrecimientos de editores, ni posee el hábito ni la pericia
de llamar a las puertas que conviene, los premios literarios son casi la
única manera de abrirle paso a lo que escribe. Cuando además cuanto se narra
es breve y sin apego por el engranaje relojero, ni por la intriga, ni casi tampoco
por el desenlace, la cuesta aún se empina un poco más. Por eso, de vez en
cuando, algunas noticias nos llenan de alegría.
Blue Jasmine
La última película de Woody Allen es muy
recomendable. Porque es una manera de seguir enganchado al hábito del cine en
estos tiempos en que las salas de proyección están amenazadas de abandono;
porque conviene serle fiel a un director que a lo largo de nuestras vidas nos
ha regalado muchas horas de dicha; porque Blue Jasmine es una alegoría
inteligente del derrumbe reciente de una sociedad arruinada por la depredación
económica; y porque Cate Blanchett borda la interpretación de un personaje
cegado por la avaricia y desquiciado por la culpa que mantiene, además, un
pulso con el corazón de los espectadores durante dos horas de proyección en las
que, a pesar del aborrecible comportamiento del personaje al que da vida, alcanza
finalmente la lástima cómplice del patio de butacas.
2 comentarios:
excelente película... un Woody en buen nivel y eso que ya está viejito pobre... ahora veo el por que se está ganando todos los premios la actriz, gran papel...
no se si llega a la empatía, pero bueno, casi... salu2...
En efecto, quizás su mejor película desde que rodó Match Point. Gracias por la visita. Un saludo.
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