La Madonna di Lucca
Como vuelta a la vida,
la Madonna de los altares
pedía limosna a las puertas del templo:
su manto era ahora andrajo,
su corona, unas greñas sucias,
y su niño, un gitanillo mañoso
que descuidaba por las calles
las carteras de los turistas.
JCD
Nueva versión de un poema incluido en el Cuaderno Toscano. Se ha impreso la fotografía en papel conqueror mate, color hueso, de ciento sesenta gramos. Al dorso, los versos. Irá en sobre verjurado. Un regalo. Merecido. Espero que guste. Le he puesto ilusión y trabajo. Y una pizca de vanidad (que es verde como el perejil de los cocinillas).
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