Vengo y quiero irme. Estoy llegando y sólo marchar deseo. Y el descanso que le auguraba a este cuaderno, lo quiebro de repente aún sabiendo que lo que en él se cuelgue en los días venideros tendrá, me temo, escasa audiencia, pues anda la gente repartida por el mundo, al asueto, leyendo muchos libros y conociendo insólitos lugares. Eso dicen cuando huyen (¡cobardes!). Que sean hombres -y mujeres aguerridas-. Que afronten en la rutina los estíos. Que se mantengan atados a los mástiles como Ulises. Que no los tienten cantos de sirenas ni viajes placenteros. Esténse quietos, coño. Y mantengan los blogs como es debido. Válgame dios qué desparrame. El de ustedes, inconstantes, no vayan a creer que a la entrada me refiero.
6 comentarios:
Cuánta energía, ¿qué te dio de beber Circe? Aquí yo sigo con mi blog, puro Sísifo estival que es uno. Qué bueno tenerte de vuelta. Abrazos.
Ahí, duro, dale a estos vagos y viajantes... Bienvenido, vago y viajante. Aunque sólo es un momentito, ¿no?
Un abrazo.
Vinho branco, Azófar, vinho branco.
A ver lo que duramos, J.
Un abrazo a ambos (me pondré al día con vuestras bitácoras, de hecho ya casi lo estoy -una gozada leeros de nuevo-).
=)
¡Dios! Prometo que dejaré la pereza...
Se te extrañaba mucho Rayuela.
Y mira que... cómo lo he pasado de bien con esta entrada.
No paraba de sonreírme.
=))))
¡BIENVENIDO!
(r)
Pues le ha sentado maravillosamente bien los vinitos.
Saludos
Bueno, ya está bien, a ver si dejamos la holganza, que se te estaba empezando a oxidar el blog. Bienvenido!
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