jueves, agosto 16, 2007

Traca en el río

Hacía ya algunas semanas que nada sabía de Xuan Serandinas. Recibí ayer noticias suyas.
En estos días largos y agradables del verano, mis paseos acaban llevándome hasta el río. Este año baja con mucha agua. Y oscuro como siempre, empeñado en reflejar el envés del mundo. Ayer asistí a un funeral. Por estos pagos, bien lo sabes, cada vez que alguien se muere el pueblo entero acompaña a los deudos. Tan pocos quedamos que si así no se hiciera se sentirían solos. Se nos ha ido un vecino muy anciano. Más de noventa años. Hasta el final tuvo buena salud. Se movía aún bien. Seguía orientado. Sus hijos siempre lo cuidaron. Al darles el pésame me contó el más pequeño que el día anterior su padre se había ido paseando hasta el chorro. Cuando volvió, tropezó. Se fue al suelo. Perdió las gafas. Ya no las necesitó más. En la iglesia me encontré con un viejo amigo de la infancia. Vive en la ciudad. Era sobrino del fallecido. "He traído a los viejos al entierro. Casi no pueden caminar, pero querían venir. Aquí, Xuan, ya no nos va quedando nadie. Mis primos cerrarán la casa. Mis otros tíos se han muerto también o están en el asilo. La vegetación ha crecido tanto que el jabalí llega a las puertas. Ni maíz se planta ya. Sólo quedan árboles, malas hierbas y turistas perdidos. Los putos turistas llegan a todos los lados. Cualquier día entrarán en el templo y harán fotos en los funerales hasta de la caja del muerto. Es el final, Xuan, el final." Al atardecer bajé hasta el Navia. Se estaba a gusto en el silencio de sus aguas remansadas. Hasta que se oyó bajando el río un alborozo de piragüistas. Sobre el cauce espeso y sombrío ardió de pronto una traca de color y ruido. Y no eran aún las fiestas de la aldea.

3 comentarios:

Sir John More dijo...

Creo, amigo, que la paz está más en peligro que el agua o que el ozono. La paz envés de la guerra, pero también la paz que nos cura de la prisa por vivir, que no es otra cosa que prisa por morirse...

Agradecido a ti y a Xuan.

Alexandrós dijo...

Como siempre preciosa y evocadora imagen.
Un abrazo

Raquel dijo...

Como siempre, hermoso tu contar y la paz que se siente al leerte.
Un abrazo