"El interés de Hélène por la economía había disminuido mucho a lo largo de los años. Cada vez más, las teorías que trataban de explicar los fenómenos económicos, de prever sus evoluciones, le parecían más o menos igualmente inconsistentes, aventuradas, cada vez tenía más ganas de asemejarlas a la pura charlatanería; en ocasiones se decía que era incluso sorprendente que concedieran un Premio Nobel de Economía, como si esta disciplina pudiese alegar la misma metodología seria, el mismo rigor intelectual que la química o la física (…). La economía casi no estaba ligada con nada, sólo con lo más maquinal, previsible y mecánico que había en el ser humano. No sólo no era una ciencia, sino que no era un arte, en definitiva no era prácticamente nada en absoluto."
Michel Houellebecq, El mapa y el territorio
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