Sólo queda en pie una ventana gótica.
por la que se asoma un fondo de hiedra.
A veces llegan hasta aquí
algunos recién casados a retratarse;
posan justo donde la leyenda
cuenta que se citaban,
siete siglos atrás,
dos amantes cortesanos y furtivos.
Ese fondo de bosque y sombra
ha de resaltar, a buen seguro,
el encaje blanco de las novias en las fotos.
Muy cerca,
como un calamar gigante,
la raíz desbordada
de una higuera de Australia,
quiebra la tierra
y vuelve incierto
el camino de los que la merodean.
Hay quien ve un aviso en ello.
JCD
4 comentarios:
Como no tengo vacaciones, las fotos y los textos de tu blog me suponen un subidón de adrenalina.....Gracias por compartir.
Julia
No me doy cuenta donde queda el jardín que describes en este magnífico poema. Tengo dos dudas: ¿El árbol es un ficus? ¿Son la higuera australiana y el ficus la misma planta?
Gracias, Julia, por tu lectura. Alguna cosa más subiremos de esas idas y venidas. Un cordial saludo.
Juan, el jardín está en Coimbra. Los amantes: Inés de Castro y Pedro I. El árbol creo que es una higuera australiana. En cualquier caso, tengo un fiel jardinero que lee estos diarios des de La Rioja. A ver si nos saca de la duda. Un abrazo.
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