-¿No los odias? -¿Lo qué? -Estos silencios incómodos.
Uma Thurman a John Travolta en Pulp Fiction. Luego aclaran eso: la belleza de poder estar con una persona sin miedo a que el silencio se extienda durante horas. Es uno de los grandes privilegios de la amistad.
Luego están las exageraciones. Un amigo común presentó a Bob Dylan y a Van Morrison, y los invitó a cenar. Llegó Dylan a la mesa, pidieron sus platos, cenaron en silencio y tras unos minutos (también en silencio) Dylan se levantó y se fue.
"Está en buena forma, ¿eh?", le dijo Van Morrison a su amigo.
Si eso es así, estoy peor de lo que pensaba... Me gusta saber de los amigos, incluso si los tengo, de los enemigos, no me sirven los silencios durante demasiado tiempo, me preocupo y pienso que ha sucedido algo. También me gusta que sepan de mi persona si quieren preguntarme, claro.
Si todos estáis de acuerdo por lo que veo, debeo visitar al loquero.
Entrada breve pero contundente, de las que se quedan dando vuelta en la cabeza. Es cierto, no hay nada peor que las conversaciones forzadas para llenar un silencio que, en algunos casos, puede ser cómplice. Un abrazo.
Gracias por tu visita, Delirante, y por tu generoso comentario.
Me alegro, Luna, de que quede todo más claro.
Con los amigos, Miguel, no debería haber conversaciones forzadas. Nada debería ser en realidad forzado con ellos. Y sí es cierto que suele haber complicidad en esos silencios.
No debe de ser mala cosa, Alexandrós, eso de llevarse bien con uno mismo.
O que no dicen nada, Casa Encendida, por no estropear la bendita música de lo callado.
15 comentarios:
-¿No los odias?
-¿Lo qué?
-Estos silencios incómodos.
Uma Thurman a John Travolta en Pulp Fiction. Luego aclaran eso: la belleza de poder estar con una persona sin miedo a que el silencio se extienda durante horas. Es uno de los grandes privilegios de la amistad.
Luego están las exageraciones. Un amigo común presentó a Bob Dylan y a Van Morrison, y los invitó a cenar. Llegó Dylan a la mesa, pidieron sus platos, cenaron en silencio y tras unos minutos (también en silencio) Dylan se levantó y se fue.
"Está en buena forma, ¿eh?", le dijo Van Morrison a su amigo.
Saludos.
Méx. 19 de enero 2008 (ya 2008, ufff)
Querido diario:
Sí... y sólo sí.
r.
Maravillosa descripción de la amistad.
Yo también pensé en "Pulp Fiction". Y esos silencios son fantásticos, aunque muy raros.
Siempre tan mui bien les tos caxigalines.
(silencio)
pues sí
Pablo, Manuel, en cuanto pueda prometo revisar Pulp Fiction. Me habéis metido en ganas. No la he vuelto a ver desde su estreno.
Rox, no sabes cuánto me alegro de tenerte de nuevo por aquí.
Lula, Pau, Occam gracias por vuestros comentarios, que no sólo con silencios sobrevive la amistad.
Un abrazo.
Si eso es así, estoy peor de lo que pensaba...
Me gusta saber de los amigos, incluso si los tengo, de los enemigos, no me sirven los silencios durante demasiado tiempo, me preocupo y pienso que ha sucedido algo.
También me gusta que sepan de mi persona si quieren preguntarme, claro.
Si todos estáis de acuerdo por lo que veo, debeo visitar al loquero.
No se trata de estar en silencio.
Se trata de no incomdarse ante el silencio ocasional.
¿Mejor así?
Buenísimo
Mucho mejor, sobre todo me ahorro la visita al loquero.
Saludos
Entrada breve pero contundente, de las que se quedan dando vuelta en la cabeza. Es cierto, no hay nada peor que las conversaciones forzadas para llenar un silencio que, en algunos casos, puede ser cómplice.
Un abrazo.
Entonces, yo soy mi mejor amigo.
Hay silencios que lo dicen todo, no es necesario ni mover los labios.
Saludos
Gracias por tu visita, Delirante, y por tu generoso comentario.
Me alegro, Luna, de que quede todo más claro.
Con los amigos, Miguel, no debería haber conversaciones forzadas. Nada debería ser en realidad forzado con ellos. Y sí es cierto que suele haber complicidad en esos silencios.
No debe de ser mala cosa, Alexandrós, eso de llevarse bien con uno mismo.
O que no dicen nada, Casa Encendida, por no estropear la bendita música de lo callado.
Un abrazo a todos.
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