Es éste un extraño empeño
que tiene tantos años
como los dedos de las manos.
La que se agarra al lápiz
como a a una mano tendida
en el alero mismo por el que nos precipitamos,
la mano amiga que nos salva.
Y la que fija el papel
y con él al mundo,
la tierra que entonces se hace firme
y sobre la cual es posible escribir palabras
que son de tinta y no de aliento,
porque se escuLpen
con la L de lo lento
de lo delicadamente lento y en sazón.
26-VI-08
JCD(Hace diez años que se comenzó a publicar Ágora, una modesta revista donde nacieron los Diarios de Rayuela. En el tren que me traía de vuelta a casa pergeñé esta pequeña crónica del arraigo. Finalmente tomó apariencia de collage. Así saldrá en la revista que conmemora el aniversario. Felicidades a todos los agoreros.)
3 comentarios:
Enhorabuena a todos y en especial a ti: por el ágora que son tus diarios.
Un abrazo
Felicidades. Diez años nada menos. Larga vida al empeño.
Gracias a ambos.
La revista, como estos diarios, son un lugar de encuentro, una manera de hacer buenos amigos.
(Francisco, acabo de comprar esta tarde una recomendación que leí en tu bitácora: Todo como antes, de Kjell Askildsen.)
Un abrazo.
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