El año que viene se celebrará el centenario del nacimiento de Miguel Hernández. Me preguntan por la carta que Josefina, su mujer, le escribió a la cárcel contándole que ella y su hijo había días en que sólo tenían para comer pan y cebolla. La que provocó las Nanas. Decía así: Miguel, sé que estás mal aunque pretendas hacerme reír, sé que pasas calamidades, pero no vayas a creerte que aquí vivimos en la abundancia. Manolillo tiene ya siete meses y le han salido cinco dientes que me hacen daño cuando aprieta para mamar y sacar sólo un poquito de leche. El hambre aquí camina por las calles y entra en las casas de todos los pobres. Miguel, ¡hay días que sólo tengo para comer pan y cebolla!
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