domingo, julio 15, 2012
En Arezzo
La Trinitá d´Arezzo
Ya hace años que no se acercan a la capilla,
pero podrían dibujar de memoria
el rostro de la princesa Elena,
el árbol de Adán,
el puente sobre el Siloé
y hasta el mismísimo Cristo crucificado.
Estudiaron arte,
amaron a Piero della Francesca
y echaron raíces en Arezzo.
Pero al cabo del tiempo,
sentados a la sombra de la plaza
esperan ahora a que algún turista
pida precio por esos cuadros
que pintan con desgana
y por ganarse la vida.
(Tal vez sea todo una invención,
pero ella mira hacia la cámara
recelosa de un viajero curioso
que se empeña en fijarse más en la gente
que en los muros centenarios
de iglesias y palacios.)
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