Cuando llegue esa edad en que se aprende
que en LAS NOCHES QUE AÚN QUEDEN POR VENIR
no habremos de buscarnos ya en la luz
sino acaso tan sólo en la memoria,
nos convendría al menos el consuelo
de no albergar entonces más deseo
que el de sabernos juntos todavía
contra el silencio insomne de lo oscuro.
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