En Lucca
La Madonna de Lucca
Como vuelta a la vida,
la Madonna de los altares
proyectaba su reflejo en el atrio:
se le había convertido el manto en harapo,
la corona, en greñas,
y el niño del regazo
le andaba descarriado por las calles
descuidando carteras.
2 comentarios:
Qué maravilla de viaje te has pegado (o estás pegando) ¿no?
Aquí hay libro.
Ya pasó.
Tú sabes mejor que nadie lo maravillosa, caótica e hipnotizante que puede ser Italia.
Un fuerte abrazo.
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