jueves, agosto 15, 2013

Dioses de playa


Los buenos días lo serían menos si mientras transcurren no diéramos gracias en algún instante por ellos. No se trata tanto de bendecir la dicha como de ser plenamente consciente de estar bajo su amparo. Hoy, en el ámbito de esta sombrilla clavada en una recóndita cala, la vida no tiene apenas aristas. El cielo es azul, el mar apacible. En la orilla rompen las olas con una cadencia lenta y un estruendo discreto. A ras de arena, las conversaciones cercanas parecen robadas. Como si de repente descubriéramos a través de la pared de un hotel la intimidad de los huéspedes vecinos. Somos, de pronto, como dioses en la sombra a los que mece el mar y para los que no existen secretos de piel ni de palabra. Dioses en la playa que redactan el evangelio de este ocio estival y placentero.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Después de años recupero el placer de "navegar"...una alegría comprobar que sigues fiel a tu blog.

Pasmada

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Con intermitencias, pero aquí seguimos. Un cordial saludo.