martes, mayo 12, 2015

Emergencia

Hoy, la acepción más habitual de la palabra emergencia es aquella que se refiere a un suceso o accidente sobrevenido, a una situación que requiere una respuesta inmediata. Por eso ante las emergencias parece existir el deber moral de actuar adecuadamente. Sin embargo, la raíz etimológica es latina y está conformada por el sufijo “ex” (hacia afuera) y su lexema “mergere”(sumergir), por lo que venía a expresar la recuperación de la superficie por aquello que estaba hundido. Quizás esta duplicidad semántica se manifieste también en la campaña electoral. Se ha instalado en el inconsciente de gran parte del electorado la obligación moral de ayudar a lo que emerge como si sobre todo lo que brota, al margen de cuál sea su naturaleza última, debiese procurarse la emergencia del cuidado. Ante esta especie de ingenuo samaritanismo, no debe olvidarse que también las malas hierbas tienen su frágil periodo de germinación.

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