La antigua estación de tren de La Cobertoria, un edificio de principios del siglo XX y de estilo montañés, alberga ahora un pequeño museo al que, siguiendo la pretenciosa moda denominativa instaurada por las autoridades culturales, se le llama Centro de Interpretación del Prerrománico. Justo allí tomamos un sendero que lleva a Santa Cristina de Lena, un camino empinado y tapizado de erizos de castañas recién caídos. Alrededor del templo hay un prado hermoso que unas cuantas cabras y ovejas, atadas equidistantes, mantienen como una alfombra verde.
Una guía con prisas nos enseñó el interior de la iglesia. La creíamos más grande y algo más luminosa. Se visita en penumbra y sus pequeños vanos son tan angostos que la luz al traspasarlos no es más que el frágil hilo por el que Dios camina como un funambulista hasta el altar.
Una guía con prisas nos enseñó el interior de la iglesia. La creíamos más grande y algo más luminosa. Se visita en penumbra y sus pequeños vanos son tan angostos que la luz al traspasarlos no es más que el frágil hilo por el que Dios camina como un funambulista hasta el altar.
1 comentario:
Hace aproximadamente 12 años, tras unos pocos de ausencia, me dediqué a recorrer mi tierra por carreteras secundarias.
En cierta ocasión me detuve a fumar junto a otra iglesia prerrománica, perdida en una aldea cerca de Oviedo. De la casa más próxima salió una anciana que se ofreció a enseñarme el interior pues ella guardaba la llave. Me pareció más honrado no aceptar, un poco avergonzado de mi ignorancia. Aun así, alguna pregunta le haría yo porque ésto me contesto y sus palabras todavía viven:
"Yo no sé, fíu, pero cuando pienso que tien' más de mil años..."
Yo digo que ella sabía lo suficiente y no necesitaba más. Era su emoción diaria al abrir la puerta al día y a lo trascendente.
K
(Nuestra ciudad es pequeña y es posible que nos hayamos conocido. De hecho Velasco me puso mi primer muy deficiente en Lengua por aquellos años).
Saludos.
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