- Leer con sensibilidad, recogiendo impresiones y experiencias.
- Juzgar.
- Deducir de los casos concretos cualidades abstractas e incluso formularlas como normas generales.
Me he aplicado en la lectura con el mejor de mis ánimos. He tomado notas en los márgenes de los poemas. He creído distinguir qué obras son las mejores. Y entre ellas, aprecio en dos que aquello que cuentan se proyecta más allá de la anécdota sobre la que se construyen sus versos (Quand je parle de moi, je parle de vous).
Son mis favoritos dos libros muy distintos. El A (permítaseme que por la discreción con la que debo proceder no de título ni lema) es más poético, utiliza composiciones breves, explicita en sus títulos el asunto que los poemas tratan y por muy rudo que éste sea los versos que lo desarrollan tienen una encomiable austeridad expresiva. El B es más narrativo, más barroco; el verso se alarga y también las estrofas. Tiene una envolvente ambientación onírica. Cualquiera de los dos sería un justo vencedor. Parece evidente tras su lectura que sus autores son, respectivamente, una mujer y un hombre; pero juro por mi sensatez que nada ha tenido que ver en este equilibrio de fuerzas entre sexos la paridad en moda.
En cuanto el premio se falle, trasladaré aquí el nombre del autor, el título de la obra y algún extracto de su contenido. Esta tarde comprobaré si mis elegidos coinciden con los del resto del jurado. Si así no fuera, le ladraré a la luna como Marsé al planeta.
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